El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dispuso la movilización de la Guardia Nacional en la zona sur del país, en la frontera con México, para evitar el ingreso de inmigrantes clandestinos, anunció la Secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen.
"El presidente ha ordenado que el personal de la Guardia Nacional sea desplegado en la frontera sur", dijo Nielsen en la Casa Blanca, para añadir que Trump "firmará la Proclamación en esta misma jornada".
La funcionaria añadió que "el Departamento de Defensa y el Departamento de Seguridad Interna han sido orientados a trabajar con los gobernadores para desplegar la Guardia Nacional en nuestra frontera sur, para ayudar a la patrulla fronteriza".
Nielsen dijo que los planes "están siendo finalizados", y añadió que "tomará tiempo para que el despliegue ocurra, pero estamos moviéndonos rápidamente".
Entre los detalles que están siendo definidos, dijo Nielsen, se destacan "el cómo, quien, dónde y cuando".
En la víspera, Trump había sugerido la utilización de tropas para custodiar la frontera ante la aproximación desde México de una caravana de inmigrantes en dirección a la frontera entre los dos países.
En respuesta, la cancillería mexicana informó que ese gobierno había solicitado a Estados Unidos "por los canales oficiales que clarifique el anuncio sobre el uso del ejército en la frontera".
Este miércoles Nielsen dijo que había estado "en contacto con mis contrapartes en México" y aseguró que esos interlocutores "entienden el deseo de nuestra administración, así como la de ellos, para controlar el ingreso ilegal al país".
Las autoridades mexicanas "entienden y respetan nuestra soberanía nacional", aseguró.
El canciller de México, Luis Videgaray, se encuentra este miércoles en Washington para sostener conversaciones relativas a las negociaciones por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Nielsen dijo también este miércoles que la Casa Blanca volverá a pedir al Congreso que proporcione "autoridad legal y recursos" al poder ejecutivo para atender a la "crisis en nuestras fronteras".
"No vamos a permitir que niveles anteriores de inmigración ilegal se conviertan en la norma", afirmó, para añadir que más de 1.000 personas por día, 300.000 año" violan la soberanía del país al ingresar clandestinamente.